Shun / Yaoi / Alice Nine / One-Short
Resumen: Se supone que yo debía ser quien robara, pero... nunca mencionaste que fueras un experto ladrón de mis sentimientos.
Resumen: Se supone que yo debía ser quien robara, pero... nunca mencionaste que fueras un experto ladrón de mis sentimientos.
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La metálica puerta dio un azote furioso, apoyado allí estaba un chico, delgado y desaseado, respiraba agitado y sus ojos se movían en diferentes direcciones. Con su brazo izquierdo abrazaba fuertemente una cartera…
-Pon atención, si no… - el golpe en mi cabeza acompañado de ese regaño susurrado retomo mi atención a la desgastada mesa frente a mi, allí habían algunos papeles llenos de tachados y anotaciones… mas, una fotografía llamo mi atención, la tome y mire con casi admiración- Será mejor que no se te olvide su rostro. Es Naoyuki Murai, exitoso empresario, casado…
-Pero se ve muy joven- escuche el chasquido de su lengua contra sus dientes, mejor seria no hacerlo rabiar.
-Me importa una mierda como se vea, puede tener tres ojos y ¿Qué? El dinero es lo que cuenta- asentí en silencio y Tora, como le llamaban, se inclino acercándose a mi- Quizás no seas muy inteligente pero tienes manos hábiles, como las de un músico ¿te gusta la música enano?- volví a asentir sin querer fiarme mucho del rumbo de sus palabras- Pues no me interesa, ¿sabes por que? – hizo una pausa y exhaló el humo de su cigarrillo justo antes de presionarlo contra la mesa, demasiado cerca de mi mano derecha – Por que de aquí jamás podremos salir, lo único que nos queda es tener un poco mas de clase y no ser unos simples carteristas – miro al joven que hace poco había entrado y se rió de el- te ofrezco esto y si existe al menos un vestigio de inteligencia en tu cabeza lo aceptaras. Es esto o eso – tomo mi rostro y lo volteo, allí pude ver como dos chicos extras se peleaban por la cartera, mientras quien la había hurtado estaba semiinconsciente en el piso- pelear por monedas que encontrarías tiradas en la calle- Me soltó y se acomodo en el rasgado sillón, sonrió burlón.
-Que… ¿Qué debo hacer?- hable con temor, titubeando y eso hizo sonreír aun más a Tora.
[ X X X ]
-¿Tienes frió?- un chico castaño estaba de cuclillas frente a mi, consigo tría un cobertor, asentí y me abrigo con una sonrisa- Escuche que Tora te consiguió un ‘trabajo’.
-Si – solté en un suspiro, Saga se acomodo junto a mí en el colchón donde me encontraba sentado. Pareció analizar mi corta respuesta.
-No suele darle ofertas a cualquiera… ¿de que trata? – Baje la mirada, no me enorgullecía ser el ‘elegido’ para este nuevo robo, por que… dentro de aquel abandonado edificio donde vivían toda clase de desechos de la sociedad yo aun creía en promesas de futuro.
-Tengo que entrar a su casa- Le mostré la foto de Naoyuki Murai que aun conservaba en mi poder- Y vaciar la caja fuerte.
-Oh, un clásico… -Sonrió- ¿y que hace?
-Me dijo que era empresario, no se de que clase realmente…- Suspire mirando la foto que aun sostenía en sus manos.
-Es… lindo- Mire a Saga extrañado- Ojala no te enamores de el Hiroto – Sacó su lengua mientras me guiñaba un ojo. Ogata Hiroto, nombre que inventaron para el pequeño huérfano, muy original.
-Imbesil, ¿Cómo podría?- le di un golpe con el codo- Es imposible que pase algo así.
-¿Qué cosa es imposible?- A la desolada habitación entro Shou, un sujeto que dentro del edificio era respetado por su habilidad para ejecutar- pero primero… ¿Por qué demonios se vienen al ultimo piso?
-Quería descansar un poco- Le hable a Shou que se acomodaba a mi otro lado, dejándome en medio.
-Y… ¿Qué es lo imposible? – De su bolsillo saco una cajetilla de cigarrillos, nos ofreció mas solamente Saga acepto.
-Que el pequeño Hiroto se enamore – fingió un puchero luego de encendre su cigarrillo.
-No a llegado la ardilla indicada aun- ambos se rieron del comentario de Shou y no pude evitar hacerlo de igual manera- O talvez… ya existe en tu vida y no te has dado cuenta –me miro directo a los ojos, quizá alucine pero… note algo amargo que nublaba su mirada.
-¿Estoy sobrando? – La pregunta de Saga me hizo sonrojar un poco, a causa de eso las risas no se hicieron esperar.
[ X X X ]
-Disculpe- me incline un poco en modo de disculpa.
-No te preocupes- Su sonrisa… era cristalina, realmente hermosa. Murai, con el ‘accidentalmente’ choqué en la avenida principal de esta ciudad. Le sonreí igualmente siguiendo con mi camino, un par de pasos mas me voltee justo para darme cuenta que entraba a una pastelería, me apoye en la pared de cual fuera el edificio que allí se ubicaba y suspire. No quedaba más que esperar.
Mire mi ropa, el mismo Shou me la entrego por petición de Tora, y realmente parecía un chico con todas las comodidades de la vida, sonreí complacido ya que jamás había podido apostar que yo luciría así.
-Debe confiar en que eres parte de la monotonía, un chico normal- Había dicho Shou al entregarme las prendas, en ese momento me extrañe demasiado… estaba seguro que las personas comunes no vestían así, como estrellas de rock en sus días de descanso –serás… un chico normal con estilo- se había reído y yo mismo lo hago ahora.
-Demonios- Gruñí al notar como Murai cruzaba la calle comiendo un pequeño pastel, además de llevar una bolsa consigo- no la traía antes…- lo mas probable es que fuera lo que compró en la pastelería. Lo seguí un par de calles hasta que llego a un edificio, admirando la fachada note que era mas o menos caro, lo mas probable es que alguno de los pisos fuera de su propiedad, ya más tarde le preguntaría a Tora cual exactamente. Me asome por un callejón adjunto, había una pequeña ventana. Con la mirada busque algo en que subirme- bingo…- arrastre una caja de madera, ya con la suficiente altura note que era algo así como una bodega, había un sujeto allí que refunfuñaba tonterías, cuando salía logre captar lo que había fuera. Conectaba a un pasillo, en el cual logre ver a Murai subir a un ascensor, creo que fue mi imaginación notar que sonreía o quizá estaba loco, nunca se sabe. Baje de un salto y emprendí camino de regreso a ‘casa’, fuera del edificio había una cantidad considerable de personas, de variadas edades, dispersadas en vicios cualquiera.
-Vaya, te ves realmente bien Hiroto- No había notado al sujeto que aparecía junto a mi, con una sonrisa lasciva paseaba su lengua por el labio inferior- Espero no estés ocupado, podríamos divertirnos – me tomo del brazo con fuerza, no tenia muchas posibilidades de golpearlo y salir corriendo, pero me quedaba el orgullo, no me doblegué ante su mirada llena de perversión.
-Es una gran lastima, pensaba llevarlo conmigo – Shou estaba a espaldas del tipo, hablaba tranquilo con las manos en los bolsillos, camino hasta estar a nuestra altura esperando a que me soltara- Suéltalo – Su vos sonó autoritaria, casi en algún aspecto con odio al tipo frente a mi. Para mi sorpresa el sujeto me soltó y se alejo con el seño fruncido- ¿No te hizo nada? – me sonrió desordenándome el cabello.
-No, gracias – me dio un ligero golpe en el hombro
-No hay por que, pero… tu no sueles salir solo ¿Dónde estabas? – Comenzó a caminar dentro del viejo edificio y me vi obligado a dar pasos rápidos para alcanzarle.
-Fui a ver a Murai, ya sabes… saber más menos como es- Shou asintió y se detuvo en el patio interno – Creo… que tendré que seguirlo mas.
-Supongo, solo no dejes que te vea, es muy extraño toparse con un chico tan lindo repetidas veces- me sonrió acariciando mi mejilla.
-Tonto- le golpee el pecho y detuvo mi mano, me sentí extraño. Se acerco a mi hasta tenerme entre sus brazos- ¿Sh… Shou?- no pude evitar que mi vos fuera un susurro, aun mas perder un poco la respiración al notar su rostro tan cerca del mío, mirando mis labios casi con cariño.
-Deja esas tonterías y ven aquí Hiroto- La profunda vos de Tora me despertó haciéndome empujar a Shou, mire al moreno que tenía el seño fruncido apoyado en un pilar cerca de allí. Asentí y me acerque a el un poco nervioso, Tora hizo a Shou un gesto algo obsceno con su mano, voltee un poco el rostro notando como el mismo rubio torcía los labios y se marchaba arrastrando los pies- Entra ya- me empujó levemente contra una puerta, al empujarla se abrió mostrando una habitación realmente equipada, nunca pensé que un lugar así existiera en este edificio.
-¿Dónde estabas?- No había notado a Saga, oculto tras una computadora, ahora me sonreía. Trate de responderle.
-¿A quien le importa? – Tora gruño y se sentó en un sillón a fumar un cigarrillo, me indico el asiento frente a el. Por mucho tiempo reino un silencio solo importunado por el tecleo rápido producido por los dedos de Saga- No tengo toda la tarde señora…
-Ya casi esta- Saga sonrió, ni una pizca de molesto. Un sonido extraño me dio curiosidad y mire de donde provenía, una impresora escupía papeles que prontamente Saga tomo y dejo frente a nosotros en una pequeña mesa allí- Plano captado de la casa piloto, fue suerte que aun estuvieran en la red – apunto un cuadrado en especifico del dibujo – Se supone que esta es la habitación de Murai y en la pared justo frente a la ventana esta la caja fuerte, quizás bajo un cuadro o algo así – Saga se sentó a mi lado y me entrego un papel – no lo pierdas, pase toda la tarde tratando de obtenerlo.
-¿Que es?- Primero mire a Tora, pero este parecía ignorarnos. Saga se aclaro la garganta.
-La clave para abrir la caja fuerte- me extrañe, se supone que nadie mas además del dueño puede saber ese tipo de cosas- Ah… ¿tendré que explicártelo? El método de configuración es un tanto más avanzado pero torpe si me lo preguntas, ¡a quien se le ocurrió! – Seguía sin entender, y creo que mi cara me delataba claramente- Oh, veras, dentro de la estructura que compone el piso viene implementada la caja de seguridad, en realidad cada piso tiene una. Ahora… aquí viene lo importante, esto lo hicieron para que cada una se conecte a una central, si fuerzas la caja una alarma silenciosa se activa inmediatamente, por otro lado permite un margen de error de dos dígitos de los cinco que componen la clave, es decir, si el idiota olvida un par de números de su clave la misma pantalla se lo dirá sin necesidad de que llegue la policía- Asentí ya entendiendo a que se refería.
-Pero no entiendo como la conseguiste- Mire los números en la hoja, cinco… nada mas.
-Hiroto… esa es la torpeza de los creadores, cada caja esta conectada a una central, ya te lo dije- Hablaba fluidamente - Nada mas se debe ingresar al sistema y… pedir prestada la clave de Murai, vamos… es un favor por que me caes bien- Puso una mano en mi cabeza con una sonrisa paternal. Claro… los padres de Saga, hace no mas de un par de meses me entere que el no siempre a vivido aquí, como siendo niño pase encerrado lleno de miedo la mayor parte del tiempo no tenia idea de su existencia siquiera sino hasta mas o menos cuatro años, él tubo una familia, padre y madre que le entregaron calidad mas… supuse que amor no. Ambos eran los mejores en el área de informática de la ciudad, pero su ayuda en un desfalco financiero dejo a Saga aquí, lo mas seguro que cada parte de su conocimiento fuera heredada al chico frente a mi.
-El veintitrés de este mes hay una gala, no hay duda de que el asistirá- Tora caló y se callo un segundo- Esa noche irás, me da igual lo que hagas hasta entonces mientras no lo arruines- conté mentalmente, era exactamente en una semana más.
[ X X X ]
-Hola… ¿Ya te vas?- Mire a la puerta, Shou estaba apoyado allí con las manos en los bolsillos- ¿estas nervioso? Después de todo es la primera ves que haces esto.
-Es extraño, pero no…- Termine de ponerme la camiseta y tome una chaqueta para abrigarme esa noche- Shou… ¿Por qué no te mando a ti? Se supone que eres el favorito- Sonrió un poco y se acerco a mi, me sentí incomodo teniendo que levantar la mirada hasta encontrar la suya así que preferí terminar de acomodar mi ropa.
-Dice que soy muy escandaloso, y tiene razón… quizás yo golpearía a un par de personas mientras que tu… bueno, nadie notara que estuviste ahí- Suspiró y me alcanzó una mochila.
-Gracias- le sonreí y pase junto a el para salir.
-¿Quieres que te acompañe?- me volteé y note un semblante de preocupación. Sonreí para tranquilizarlo.
-No, eres demasiado escandaloso…- Salí corriendo para evitar que me dijese algo mas.
-Hiroto…- Bajando las escaleras apareció Tora de alguna parte oscura, obviamente me dio un inmenso susto- lo lamento, no quería asustarte… bueno si quería- me extrañe, no entendí a que venia ese comentario… mucho menos el tono amistoso con el que lo decía- Lleva esto, ojala no tengas que usarlo- del bolsillo de su pantalón saco un arma, una pistola negra que con la parpadeante luz del lugar mostraba un brillo hipnotizante. Trague saliva y negué con la cabeza.
-Preferiría no llevarla,… no… realmente no se como usarla- Di un paso hacia atrás antes de volver a correr, ahora si, fuera de aquel edificio que caía a pedazos. Ajuste la mochila a mi espalda mientras me alejaba, ya estaba a un par de calles, simplemente tome aire, cerré los ojos…- tranquilo… es como cuando robabas dulces a Shou- me sonreí a mi mismo mientras caminaba aparentemente desinteresado de la gente y medio que me rodeaba. Llegue hasta el callejón y entre con suavidad, puse la misma caja que hace unos cuantos días atrás, vigile que nadie notara, me ajuste los guantes que me había puesto con la ropa, me dio gracia que parecieran parte de mi vestimenta y nadie discutiría que los usara. Abrí la diminuta ventana, me toco quitarme la chaqueta y guardarla en la mochila para poder pasar sin problemas. Y allí estaba, dentro de la bodega, volví a cerrar la ventana y avance hasta la puerta, la abrí solo un poco notando como un grupo de personas entraba al edificio saludando al recepcionista y este los examinaba con la mirada para luego apenas devolverles el saludo concentrado en su revista, sonreí y espere a que esas personas estuvieran a mi altura para salir y parecer uno mas, con pasos tranquilos me acerque a las escaleras que me conducirían al piso de Murai ‘el cinco… igual que el primer numero de la clave’ recordaba las palabras de Saga claramente, no me preocupe, subí con tranquilidad sin agitarme e incluso salude a un par de personas que transitaban, después de todo yo solo era un visitante mas.
Llegue al piso donde se extendía un corto pasillo con puertas blancas, no entendí por que tantas si solo una o dos personas vivían allí, me acerque a la que me importaba, una con un barniz color canela, del bolsillo de mi pantalón tome un alambre y lo torcí un poco, ese truco me lo enseño un chico cuando la puerta de mi habitación se trabo… realmente útil, trate de hacerlo manteniéndome erguido, lo mas probable es que alguna cámara hubiera a mis espaldas. La puerta se abrió mostrándome un lugar increíble, justo en frente se extendía un pasillo color arena, desembocaba en dos puertas… lo sabia muy bien, debía tomar la salida a la derecha, que me llevaría a la sala… eso hice, el lugar era de un gusto exquisito, todo parecía ser muy moderno pero con una elegancia que note inmediatamente. Había un par de puertas más… nuevamente a la derecha. Sonreí notando que era su habitación, la cama estaba un tanto desordenada… pero me incomodo el hecho que hubiera una luz baja en esa habitación, si bien el departamento estaba a oscuras… lo mas probable es que se le quedara encendida. Mire por la ventana como ya el cielo mostraba una oscuridad innegable, en la pared de enfrente un cuadrado metálico reflejaba lo mismo, me acerqué tranquilamente y digite los números memorizados durante la semana. Todo salía perfecto, se abrió con un suave sonido, había unos cuantos fajos de billetes, levante una ceja notando que había un trozo del metal que sobresalía levemente, no hubo más que forzarlo un poco para mostrar un fondo falso y allí una pequeña caja. Primero guarde el dinero en mi mochila, aun sin quitar la atención de esa caja, viendo que era lo único que quedaba estire mi mano hasta alcanzarlo, al abrirlo note que era un brazalete con piedras que brillaban, algo realmente hermoso.
-¿Qué haces?- sentí una corriente atravesar mi columna al escuchar esa vos, solté la caja y el brazalete se perdió entre mis pies. Dude un poco en voltearme, quizás si salía corriendo lograría salvarme de alguna aprensión. Mire la puerta que se encontraba a mas menos dos metros de mi, podía salir y desaparecer… avance- Si presiono este botón afuera abra mas de una patrulla esperándote – Maldecía interiormente girándome rápido hacia el, enfrentándolo en silencio… Allí Naoyuki Murai sostenía un teléfono en su mano derecha, mientras con la izquierda una copa de vino tinto, no evite examinarlo con la mirada, una camisa blanca apenas sostenida por dos botones, pantalones de vestir negros, estaba descalzo y su cabello desordenado- ¿Cómo te llamas?
-No te interesa…- trate de hablar duro, demostrándole que no tenia miedo a su presencia. Simplemente rió acercándose a la puerta sin quitar la mirada de mi, para cerrarla con llave y la misma ocultarla en su mano.
-Bueno… quisiera saber cual es el nombre de quien me a seguido toda una semana- abrí los ojos sorprendido- No debieron enviar a un chico tan lindo – Su sonrisa me produjo escalofríos, dio un trago de su copa lanzando el teléfono a alguna parte, perdido y olvidado- Sigo esperando…
-Continuará haciéndolo- Ajuste la correa de la mochila a mi hombro, fruncí el seño y gruñí al notar su sonrisa, burlona, confiada… segura de tener el control. Me contrarié al verle examinar la habitación levemente, luego de un ultimo trago dejar la copa en el suelo con cuidado.
-Actúas muy bien el papel de… ¿fiero es la palabra? No lo sé realmente- La llave que abría la puerta que era mi única escapatoria bailó entre sus dedos, la lanzo al aire y sonrió al atraparla nuevamente-Ah, escogieron un no muy buen momento para enviarte, termine mi matrimonio con una hermosa mujer que estaba realmente enamorada, de mi dinero claro… Ah… ¿La quieres?- me enseñó las llaves y solo entrecerré los ojos no muy seguro de su salud mental- puedes venir por ellas si lo deseas…- Volvió a lanzar las llaves al aire y di un paso tentado a tomarlas, su mirada era divertida, me llego la sola idea de que era un juguete a su servicio- …Ven por ellas.
-Imbesil –No estaba seguro si aquel insulto era para el o para mi mismo, por que realmente tuve que ser muy tonto para lanzarme contra el tratando de atrapar esas malditas llaves. Como resultado simplemente giro un poco su cuerpo haciéndome perder un poco el equilibrio, mi mochila calló al suelo… pero realmente poco importaba si es que no podía salir. Una ves mas me repuse y acerque estirando mi mano, Murai la cogió y me azotó contra una pared, mi espalda dolió un poco ante semejante golpe. De nuevo su sonrisa se hacia presente, esta ves demasiado cerca de mi, trate de alejarme pero sostenía fuertemente mis muñecas contra la pared, a cada lado de mi cabeza- Suéltame- gruñí entre dientes.
-No, pero… quizá lo piense si me dices tu nombre- acercó su cuerpo al mío y note levemente un aroma a licor dulce.
-Hiroto…- pareció satisfecho, miro mi cuello y suspiró, suavemente acerco su rostro allí y pasó rozando sus labios. Comencé a desesperarme, algo en el ambiente se volvía sofocante, trate inútilmente de retroceder pero allí estaba la pared. Forcejee al momento en que sentí su aliento contra mi mejilla, mis ojos toparon con los suyos, calmados. En mi lugar estaba nervioso, una vez mas intente empujarlo y solo recibí volver a golpear mi espalda contra la pared.
-Tranquilo… - miré perdido en su rostro, parecía tan tranquilo, tan concentrado que poco a poco mi respiración fue bajando de intensidad, beso mi mejilla suavemente y aparte un poco el rostro- …tranquilo, Hiroto… - volvió a besarme y esta ves en la comisura de mis labios, no sabia como reaccionar, claramente lo mas sensato sería con las fuerzas que tenia empujarlo y golpearlo hasta poder salir de ese lugar, llevarme el dinero y olvidarlo… pero, había algo intrigante, atrayente e incluso hipnotizante en toda su esencia. Su sonrisa volvió a aparecer y esta ves junto sus labios con los míos, se alejo un par de centímetros esperando mi reacción, pero esta fue nula, mis ojos seguían conectados con los suyos inútilmente queriendo encontrar la salida en ellos. Una ves mas sentí esa suave presión en mis labios, esta ves los atrapó y degusto, fue así repetidas veces en que se apartaba para volver a darme una saboreada del dulce relleno que contenía su boca, estaba tranquilo. Todo fue así hasta el momento en que adelante el rostro negándome a que se apartara, Murai sonrió divertido. Soltó una de mis muñecas y mi brazo callo a todo su largo al costado de mi cuerpo, la palma de su mano tomo mi mejilla acariciándola. Me perdí incontables segundos entre el brillo de sus ojos, precian traslucidos dejando ver una oscuridad abrumadora, era un misterio permitiendo ser explorado. Le permití explorar mi boca, e incluso me permití disfrutarlo. La situación se volvió otra completamente, ya no estaba ahí para hurtar, sin embargo estaba permitiendo que hurtaran mis suspiros.
-Mh… - Emití un sonido algo extraño cuando tomo mi cintura y se apego a mí completamente, ahora ya solo me aprisionaba en un medio abrazo, una de sus manos acariciaba mi mejilla y cuello, la otra se perdía en mi cintura y ocasionalmente dando una caricia a mi espalda. Por mi parte tenia ambos brazos apenas sostenidos de su cuello, quizá acaricie la parte superior de su pecho sin notarlo siquiera. Sentí sus manos calidas tanteando la piel bajo mi camiseta, suspire.
-Levanta los brazos – Susurro contra mis labios e hice caso, como un muñeco. Me quito la camiseta y se dedico a besar mi pecho y vientre, cada ves el aire se hacia mas denso para mi, mis ojos se entrecerraban por voluntad propia. Puse una mano entre su cabello, una ves mas aquel sonido escapo de mis labios y Murai se enderezó hasta encontrar mi mirada. El cabello lo tenia aun mas desordenado que antes, la camisa ahora resbalaba por uno de sus hombros- ven…- tomo mis manos y me guió, pronto ya estuve sentado en una inmensa y suave cama, parecía adicto tan solo fijándome en el sujeto frente a mi, que con cuidado se desabrochaba y quitaba la camisa… no había nada mas que el.
[ X X X ]
Abrí los ojos, el rostro de Nao descansaba frente a mí, tenía su brazo pasado por mi pecho y una sonrisa infantil adornando su rostro. Sonreí tristemente admirando el cuadro que podría ser, que quizá en alguna otra vida podría ser real. Con el mayor cuidado que podía poner trate de deslizarme de la cama, en mi lugar puse una almohada a la que Naoyuki se aferró. Busque mi ropa por el suelo dando con ella rápidamente a los costados de la misma cama, mire a través de la ventana y note que ya era muy tarde, el cielo se mostraba con un manto oscuro que me comenzaba a preocupar. Toque mi pecho tratando de ordenar las ideas, forma de salir del edificio y entrar en el que yo vivía a estas horas sin ser violado en el intento. Mis dedos chocaron con un frió metal, lo tome entre mis dedos recordando que era una pequeña medalla de oro, en ella un escudo estaba grabado. Solo… no te la quites, quiero que sea importante para ti. Ahogue un suspiro, la voz de Nao aun seguía allí, mire la cama donde aun seguía abrazado a la almohada que simulaba mi cuerpo, me sonreí a mi mismo recordando que en oportunidades pensé que estaba ebrio pero… resulto que simplemente vivía drogado de su vida y efímera felicidad. Me había propuesto quedarme en medio de sus besos, y caricias, olvidar lo que estaba a mis espaldas y solo tomar su mano para seguir adelante… sonaba demasiado perfecto y dificultoso, por eso no podía aceptarlo, debía escapar de el inmediatamente. Ya vestido me permití admirarlo una ves mas, era una persona realmente hermosa, aun que en un principio fue exasperante, ¿Solo un par de horas y pensaba en el como el mas grande encuentro de mi vida? Gracioso, pero cierto.
-Adiós…- Junto a la cama deje una pequeña nota, le sonreí y tome la mochila dispuesto a marcharme, tome el pomo de la puerta y esta se abrió inmediatamente –Jamás la cerraste – volví a sonreír cada vez mas divertido con tu forma de actuar. El salir del departamento y bajar las escaleras lo hice cabizbajo, ¿Por qué no tomar el ascensor? Simplemente por que me daban terror el sentirme atrapado, llegue al primer piso y allí el recepcionista parecía discutir con algún conserje, pase frente a ellos –Buenas noches…- ninguno pareció prestarme atención, o eso fue lo que logre creer. La calle no perdía su movimiento, y al cabo de avanzar media cuadra ya auto alcanzó mi paso, por el rabillo del ojo lo vi, pero no pude anticipar el abrazo que me ahogo un segundo.
-Que demonios te pasó, ¿estas bien?… Hiroto… - Shou tomo mi rostro pero luego rápidamente opto por tomar mi brazo y empujarme al asiento trasero del auto, allí estaba Saga, su rostro preocupado me pedía una muda explicación. Cuando el vehiculo partió a una impresionante velocidad trague amargamente - ¿Y bien?
-Ten- Le entregue mi mochila a Saga, este trato de examinar mi rostro antes de abrirla y mirar por el espejo retrovisor a Shou.
-… solo me interesa saber que fue lo que te ocurrió…-Saga estiro su brazo tocando mi hombro- Nos preocupamos mucho notando que no volvías o te pronunciabas de alguna manera, hemos esperado fuera del edificio durante mas o menos una hora…
-No ocurrió nada grave, entre a la casa pero resulto que el estaba allí, debí esconderme y salir cuando finalmente se quedo dormido luego de beber - Mire mis pies y no quise decir mas. Cuando llegamos a destino Saga abrió la puerta.
-Ire con Tora, le entregare esto y avisare que todo esta bien – bajo del auto y luego asomo su cabeza – aun así quiero que conversemos luego Hiroto- con esas palabras se marcho, quizá en dirección a la habitación que Tora tenia a su disposición.
-Me alegro que nada malo te ocurriera – Shou paso por entre los asientos hasta llegar a ubicarse junto a mi, trato de sonreír- me preocupe mucho, yo… ¿Qué hubiera sido de mi sin la pequeña ardilla? – acaricio mi mejilla y me perdí en divagaciones, no se sentía igual… no era lo mismo.
-Shou… estoy bien- Susurre asintiendo a mis palabras, Shou acerco su rostro al mío besándome con cariño, casi devoción. Aparte el rostro asustado, una corriente eléctrica había atravesado por mi mente, parecía un fantasma atormentador.
-Lo siento… no quise asustarte- Volvió a acariciar mi mejilla pero mi decisión era bajar del auto, tome su mano y la quite lentamente, no quería herirlo.
-No, está bien, solo que… yo no quiero esto- me deslice por el asiento hasta salir del auto, corrí adentrándome en el edificio, con dificultad logre llegar a la habitación que había logrado apartar para mi en un sector sin peligro. Me lancé al colchón que allí había, quería cerrar los ojos y perderme en mi sueño.
[ X X X ]
-Deja de tonterías, no van a cargar una bomba- Tora tenia el seño fruncido mirando desafiante a Saga, el cual no se doblegaba por nada. No hice más que sonreír divertido.
-Pero son tus encargos turbios y de dudosa procedencia, ¿Qué estaré cargando en medio de la calle?- Shou, a mi lado, rodó los ojos ya aburrido, paso un brazo por sobre mis hombros para darse algún apoyo.
-No será ningún cadáver idiota, si fuera así no te enviaría a ti. Te aprecio demasiado como para entrometerte – Silencio total, el rostro de Saga tomo un sonrojo apenas perceptible que nos hizo reír a Shou y a mi.
-ah… Bi… ¡Bien!- Saga dio la espalda a Tora - ¿me acompañarán si o no? – Se dirigió a nosotros con algo de nerviosismo en la voz, rápidamente Shou palmeo mi hombro haciéndome reaccionar y avanzar delante de Saga saliendo de la habitación.
-¿No crees que fue demasiado obvio?- Shou aun reía.
-No lo molestes, sabes que últimamente se irrita fácilmente con el tema de ‘Tora y todo lo que hay a su alrededor’- Sonreí sin poder evitarlo. Tora había pedido a Saga ir por un paquete al centro de la ciudad, este inexperto en mandatos que no fueran investigación desde un punto seguro se negó en primera instancia. Ofrecimos acompañarle a donde fuera, y allí estábamos ahora, a un par de pasos de Saga que con un gesto avergonzado cargaba una caja entre sus manos. Sin notar el camino que tomaba a causa de la risa choque accidentalmente con un hombre- Lo lamento…
-No te preocupes – Una de sus manos tomo la mía disimuladamente, sonrió despreocupado y analizando a quienes me acompañaban en breves segundos. Pronto su rostro alcanzó mi oído susurrando tiernamente –Se supone... que yo debía ser quien robara a esas personas que creen dominar el mundo, pero nunca nadie menciono que existiera alguien, una sola persona, capas de robar mis pensamientos, en un solo momento hurtar mis sentimientos – Se alejo un poco de mi, soltando mi mano y en ese lugar dejando un papel doblado, mire mi mano y luego la sonrisa de Nao que se alejaba y perdía entre la multitud. Note que ninguno de los dos chicos que me acompañaban se dio cuenta siquiera de que Naoyuki Murai paso por allí, me sentí nervioso abriendo el papel, en el una dirección y hora me invitaban a volver a verlo.
-Pon atención, si no… - el golpe en mi cabeza acompañado de ese regaño susurrado retomo mi atención a la desgastada mesa frente a mi, allí habían algunos papeles llenos de tachados y anotaciones… mas, una fotografía llamo mi atención, la tome y mire con casi admiración- Será mejor que no se te olvide su rostro. Es Naoyuki Murai, exitoso empresario, casado…
-Pero se ve muy joven- escuche el chasquido de su lengua contra sus dientes, mejor seria no hacerlo rabiar.
-Me importa una mierda como se vea, puede tener tres ojos y ¿Qué? El dinero es lo que cuenta- asentí en silencio y Tora, como le llamaban, se inclino acercándose a mi- Quizás no seas muy inteligente pero tienes manos hábiles, como las de un músico ¿te gusta la música enano?- volví a asentir sin querer fiarme mucho del rumbo de sus palabras- Pues no me interesa, ¿sabes por que? – hizo una pausa y exhaló el humo de su cigarrillo justo antes de presionarlo contra la mesa, demasiado cerca de mi mano derecha – Por que de aquí jamás podremos salir, lo único que nos queda es tener un poco mas de clase y no ser unos simples carteristas – miro al joven que hace poco había entrado y se rió de el- te ofrezco esto y si existe al menos un vestigio de inteligencia en tu cabeza lo aceptaras. Es esto o eso – tomo mi rostro y lo volteo, allí pude ver como dos chicos extras se peleaban por la cartera, mientras quien la había hurtado estaba semiinconsciente en el piso- pelear por monedas que encontrarías tiradas en la calle- Me soltó y se acomodo en el rasgado sillón, sonrió burlón.
-Que… ¿Qué debo hacer?- hable con temor, titubeando y eso hizo sonreír aun más a Tora.
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-¿Tienes frió?- un chico castaño estaba de cuclillas frente a mi, consigo tría un cobertor, asentí y me abrigo con una sonrisa- Escuche que Tora te consiguió un ‘trabajo’.
-Si – solté en un suspiro, Saga se acomodo junto a mí en el colchón donde me encontraba sentado. Pareció analizar mi corta respuesta.
-No suele darle ofertas a cualquiera… ¿de que trata? – Baje la mirada, no me enorgullecía ser el ‘elegido’ para este nuevo robo, por que… dentro de aquel abandonado edificio donde vivían toda clase de desechos de la sociedad yo aun creía en promesas de futuro.
-Tengo que entrar a su casa- Le mostré la foto de Naoyuki Murai que aun conservaba en mi poder- Y vaciar la caja fuerte.
-Oh, un clásico… -Sonrió- ¿y que hace?
-Me dijo que era empresario, no se de que clase realmente…- Suspire mirando la foto que aun sostenía en sus manos.
-Es… lindo- Mire a Saga extrañado- Ojala no te enamores de el Hiroto – Sacó su lengua mientras me guiñaba un ojo. Ogata Hiroto, nombre que inventaron para el pequeño huérfano, muy original.
-Imbesil, ¿Cómo podría?- le di un golpe con el codo- Es imposible que pase algo así.
-¿Qué cosa es imposible?- A la desolada habitación entro Shou, un sujeto que dentro del edificio era respetado por su habilidad para ejecutar- pero primero… ¿Por qué demonios se vienen al ultimo piso?
-Quería descansar un poco- Le hable a Shou que se acomodaba a mi otro lado, dejándome en medio.
-Y… ¿Qué es lo imposible? – De su bolsillo saco una cajetilla de cigarrillos, nos ofreció mas solamente Saga acepto.
-Que el pequeño Hiroto se enamore – fingió un puchero luego de encendre su cigarrillo.
-No a llegado la ardilla indicada aun- ambos se rieron del comentario de Shou y no pude evitar hacerlo de igual manera- O talvez… ya existe en tu vida y no te has dado cuenta –me miro directo a los ojos, quizá alucine pero… note algo amargo que nublaba su mirada.
-¿Estoy sobrando? – La pregunta de Saga me hizo sonrojar un poco, a causa de eso las risas no se hicieron esperar.
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-Disculpe- me incline un poco en modo de disculpa.
-No te preocupes- Su sonrisa… era cristalina, realmente hermosa. Murai, con el ‘accidentalmente’ choqué en la avenida principal de esta ciudad. Le sonreí igualmente siguiendo con mi camino, un par de pasos mas me voltee justo para darme cuenta que entraba a una pastelería, me apoye en la pared de cual fuera el edificio que allí se ubicaba y suspire. No quedaba más que esperar.
Mire mi ropa, el mismo Shou me la entrego por petición de Tora, y realmente parecía un chico con todas las comodidades de la vida, sonreí complacido ya que jamás había podido apostar que yo luciría así.
-Debe confiar en que eres parte de la monotonía, un chico normal- Había dicho Shou al entregarme las prendas, en ese momento me extrañe demasiado… estaba seguro que las personas comunes no vestían así, como estrellas de rock en sus días de descanso –serás… un chico normal con estilo- se había reído y yo mismo lo hago ahora.
-Demonios- Gruñí al notar como Murai cruzaba la calle comiendo un pequeño pastel, además de llevar una bolsa consigo- no la traía antes…- lo mas probable es que fuera lo que compró en la pastelería. Lo seguí un par de calles hasta que llego a un edificio, admirando la fachada note que era mas o menos caro, lo mas probable es que alguno de los pisos fuera de su propiedad, ya más tarde le preguntaría a Tora cual exactamente. Me asome por un callejón adjunto, había una pequeña ventana. Con la mirada busque algo en que subirme- bingo…- arrastre una caja de madera, ya con la suficiente altura note que era algo así como una bodega, había un sujeto allí que refunfuñaba tonterías, cuando salía logre captar lo que había fuera. Conectaba a un pasillo, en el cual logre ver a Murai subir a un ascensor, creo que fue mi imaginación notar que sonreía o quizá estaba loco, nunca se sabe. Baje de un salto y emprendí camino de regreso a ‘casa’, fuera del edificio había una cantidad considerable de personas, de variadas edades, dispersadas en vicios cualquiera.
-Vaya, te ves realmente bien Hiroto- No había notado al sujeto que aparecía junto a mi, con una sonrisa lasciva paseaba su lengua por el labio inferior- Espero no estés ocupado, podríamos divertirnos – me tomo del brazo con fuerza, no tenia muchas posibilidades de golpearlo y salir corriendo, pero me quedaba el orgullo, no me doblegué ante su mirada llena de perversión.
-Es una gran lastima, pensaba llevarlo conmigo – Shou estaba a espaldas del tipo, hablaba tranquilo con las manos en los bolsillos, camino hasta estar a nuestra altura esperando a que me soltara- Suéltalo – Su vos sonó autoritaria, casi en algún aspecto con odio al tipo frente a mi. Para mi sorpresa el sujeto me soltó y se alejo con el seño fruncido- ¿No te hizo nada? – me sonrió desordenándome el cabello.
-No, gracias – me dio un ligero golpe en el hombro
-No hay por que, pero… tu no sueles salir solo ¿Dónde estabas? – Comenzó a caminar dentro del viejo edificio y me vi obligado a dar pasos rápidos para alcanzarle.
-Fui a ver a Murai, ya sabes… saber más menos como es- Shou asintió y se detuvo en el patio interno – Creo… que tendré que seguirlo mas.
-Supongo, solo no dejes que te vea, es muy extraño toparse con un chico tan lindo repetidas veces- me sonrió acariciando mi mejilla.
-Tonto- le golpee el pecho y detuvo mi mano, me sentí extraño. Se acerco a mi hasta tenerme entre sus brazos- ¿Sh… Shou?- no pude evitar que mi vos fuera un susurro, aun mas perder un poco la respiración al notar su rostro tan cerca del mío, mirando mis labios casi con cariño.
-Deja esas tonterías y ven aquí Hiroto- La profunda vos de Tora me despertó haciéndome empujar a Shou, mire al moreno que tenía el seño fruncido apoyado en un pilar cerca de allí. Asentí y me acerque a el un poco nervioso, Tora hizo a Shou un gesto algo obsceno con su mano, voltee un poco el rostro notando como el mismo rubio torcía los labios y se marchaba arrastrando los pies- Entra ya- me empujó levemente contra una puerta, al empujarla se abrió mostrando una habitación realmente equipada, nunca pensé que un lugar así existiera en este edificio.
-¿Dónde estabas?- No había notado a Saga, oculto tras una computadora, ahora me sonreía. Trate de responderle.
-¿A quien le importa? – Tora gruño y se sentó en un sillón a fumar un cigarrillo, me indico el asiento frente a el. Por mucho tiempo reino un silencio solo importunado por el tecleo rápido producido por los dedos de Saga- No tengo toda la tarde señora…
-Ya casi esta- Saga sonrió, ni una pizca de molesto. Un sonido extraño me dio curiosidad y mire de donde provenía, una impresora escupía papeles que prontamente Saga tomo y dejo frente a nosotros en una pequeña mesa allí- Plano captado de la casa piloto, fue suerte que aun estuvieran en la red – apunto un cuadrado en especifico del dibujo – Se supone que esta es la habitación de Murai y en la pared justo frente a la ventana esta la caja fuerte, quizás bajo un cuadro o algo así – Saga se sentó a mi lado y me entrego un papel – no lo pierdas, pase toda la tarde tratando de obtenerlo.
-¿Que es?- Primero mire a Tora, pero este parecía ignorarnos. Saga se aclaro la garganta.
-La clave para abrir la caja fuerte- me extrañe, se supone que nadie mas además del dueño puede saber ese tipo de cosas- Ah… ¿tendré que explicártelo? El método de configuración es un tanto más avanzado pero torpe si me lo preguntas, ¡a quien se le ocurrió! – Seguía sin entender, y creo que mi cara me delataba claramente- Oh, veras, dentro de la estructura que compone el piso viene implementada la caja de seguridad, en realidad cada piso tiene una. Ahora… aquí viene lo importante, esto lo hicieron para que cada una se conecte a una central, si fuerzas la caja una alarma silenciosa se activa inmediatamente, por otro lado permite un margen de error de dos dígitos de los cinco que componen la clave, es decir, si el idiota olvida un par de números de su clave la misma pantalla se lo dirá sin necesidad de que llegue la policía- Asentí ya entendiendo a que se refería.
-Pero no entiendo como la conseguiste- Mire los números en la hoja, cinco… nada mas.
-Hiroto… esa es la torpeza de los creadores, cada caja esta conectada a una central, ya te lo dije- Hablaba fluidamente - Nada mas se debe ingresar al sistema y… pedir prestada la clave de Murai, vamos… es un favor por que me caes bien- Puso una mano en mi cabeza con una sonrisa paternal. Claro… los padres de Saga, hace no mas de un par de meses me entere que el no siempre a vivido aquí, como siendo niño pase encerrado lleno de miedo la mayor parte del tiempo no tenia idea de su existencia siquiera sino hasta mas o menos cuatro años, él tubo una familia, padre y madre que le entregaron calidad mas… supuse que amor no. Ambos eran los mejores en el área de informática de la ciudad, pero su ayuda en un desfalco financiero dejo a Saga aquí, lo mas seguro que cada parte de su conocimiento fuera heredada al chico frente a mi.
-El veintitrés de este mes hay una gala, no hay duda de que el asistirá- Tora caló y se callo un segundo- Esa noche irás, me da igual lo que hagas hasta entonces mientras no lo arruines- conté mentalmente, era exactamente en una semana más.
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-Hola… ¿Ya te vas?- Mire a la puerta, Shou estaba apoyado allí con las manos en los bolsillos- ¿estas nervioso? Después de todo es la primera ves que haces esto.
-Es extraño, pero no…- Termine de ponerme la camiseta y tome una chaqueta para abrigarme esa noche- Shou… ¿Por qué no te mando a ti? Se supone que eres el favorito- Sonrió un poco y se acerco a mi, me sentí incomodo teniendo que levantar la mirada hasta encontrar la suya así que preferí terminar de acomodar mi ropa.
-Dice que soy muy escandaloso, y tiene razón… quizás yo golpearía a un par de personas mientras que tu… bueno, nadie notara que estuviste ahí- Suspiró y me alcanzó una mochila.
-Gracias- le sonreí y pase junto a el para salir.
-¿Quieres que te acompañe?- me volteé y note un semblante de preocupación. Sonreí para tranquilizarlo.
-No, eres demasiado escandaloso…- Salí corriendo para evitar que me dijese algo mas.
-Hiroto…- Bajando las escaleras apareció Tora de alguna parte oscura, obviamente me dio un inmenso susto- lo lamento, no quería asustarte… bueno si quería- me extrañe, no entendí a que venia ese comentario… mucho menos el tono amistoso con el que lo decía- Lleva esto, ojala no tengas que usarlo- del bolsillo de su pantalón saco un arma, una pistola negra que con la parpadeante luz del lugar mostraba un brillo hipnotizante. Trague saliva y negué con la cabeza.
-Preferiría no llevarla,… no… realmente no se como usarla- Di un paso hacia atrás antes de volver a correr, ahora si, fuera de aquel edificio que caía a pedazos. Ajuste la mochila a mi espalda mientras me alejaba, ya estaba a un par de calles, simplemente tome aire, cerré los ojos…- tranquilo… es como cuando robabas dulces a Shou- me sonreí a mi mismo mientras caminaba aparentemente desinteresado de la gente y medio que me rodeaba. Llegue hasta el callejón y entre con suavidad, puse la misma caja que hace unos cuantos días atrás, vigile que nadie notara, me ajuste los guantes que me había puesto con la ropa, me dio gracia que parecieran parte de mi vestimenta y nadie discutiría que los usara. Abrí la diminuta ventana, me toco quitarme la chaqueta y guardarla en la mochila para poder pasar sin problemas. Y allí estaba, dentro de la bodega, volví a cerrar la ventana y avance hasta la puerta, la abrí solo un poco notando como un grupo de personas entraba al edificio saludando al recepcionista y este los examinaba con la mirada para luego apenas devolverles el saludo concentrado en su revista, sonreí y espere a que esas personas estuvieran a mi altura para salir y parecer uno mas, con pasos tranquilos me acerque a las escaleras que me conducirían al piso de Murai ‘el cinco… igual que el primer numero de la clave’ recordaba las palabras de Saga claramente, no me preocupe, subí con tranquilidad sin agitarme e incluso salude a un par de personas que transitaban, después de todo yo solo era un visitante mas.
Llegue al piso donde se extendía un corto pasillo con puertas blancas, no entendí por que tantas si solo una o dos personas vivían allí, me acerque a la que me importaba, una con un barniz color canela, del bolsillo de mi pantalón tome un alambre y lo torcí un poco, ese truco me lo enseño un chico cuando la puerta de mi habitación se trabo… realmente útil, trate de hacerlo manteniéndome erguido, lo mas probable es que alguna cámara hubiera a mis espaldas. La puerta se abrió mostrándome un lugar increíble, justo en frente se extendía un pasillo color arena, desembocaba en dos puertas… lo sabia muy bien, debía tomar la salida a la derecha, que me llevaría a la sala… eso hice, el lugar era de un gusto exquisito, todo parecía ser muy moderno pero con una elegancia que note inmediatamente. Había un par de puertas más… nuevamente a la derecha. Sonreí notando que era su habitación, la cama estaba un tanto desordenada… pero me incomodo el hecho que hubiera una luz baja en esa habitación, si bien el departamento estaba a oscuras… lo mas probable es que se le quedara encendida. Mire por la ventana como ya el cielo mostraba una oscuridad innegable, en la pared de enfrente un cuadrado metálico reflejaba lo mismo, me acerqué tranquilamente y digite los números memorizados durante la semana. Todo salía perfecto, se abrió con un suave sonido, había unos cuantos fajos de billetes, levante una ceja notando que había un trozo del metal que sobresalía levemente, no hubo más que forzarlo un poco para mostrar un fondo falso y allí una pequeña caja. Primero guarde el dinero en mi mochila, aun sin quitar la atención de esa caja, viendo que era lo único que quedaba estire mi mano hasta alcanzarlo, al abrirlo note que era un brazalete con piedras que brillaban, algo realmente hermoso.
-¿Qué haces?- sentí una corriente atravesar mi columna al escuchar esa vos, solté la caja y el brazalete se perdió entre mis pies. Dude un poco en voltearme, quizás si salía corriendo lograría salvarme de alguna aprensión. Mire la puerta que se encontraba a mas menos dos metros de mi, podía salir y desaparecer… avance- Si presiono este botón afuera abra mas de una patrulla esperándote – Maldecía interiormente girándome rápido hacia el, enfrentándolo en silencio… Allí Naoyuki Murai sostenía un teléfono en su mano derecha, mientras con la izquierda una copa de vino tinto, no evite examinarlo con la mirada, una camisa blanca apenas sostenida por dos botones, pantalones de vestir negros, estaba descalzo y su cabello desordenado- ¿Cómo te llamas?
-No te interesa…- trate de hablar duro, demostrándole que no tenia miedo a su presencia. Simplemente rió acercándose a la puerta sin quitar la mirada de mi, para cerrarla con llave y la misma ocultarla en su mano.
-Bueno… quisiera saber cual es el nombre de quien me a seguido toda una semana- abrí los ojos sorprendido- No debieron enviar a un chico tan lindo – Su sonrisa me produjo escalofríos, dio un trago de su copa lanzando el teléfono a alguna parte, perdido y olvidado- Sigo esperando…
-Continuará haciéndolo- Ajuste la correa de la mochila a mi hombro, fruncí el seño y gruñí al notar su sonrisa, burlona, confiada… segura de tener el control. Me contrarié al verle examinar la habitación levemente, luego de un ultimo trago dejar la copa en el suelo con cuidado.
-Actúas muy bien el papel de… ¿fiero es la palabra? No lo sé realmente- La llave que abría la puerta que era mi única escapatoria bailó entre sus dedos, la lanzo al aire y sonrió al atraparla nuevamente-Ah, escogieron un no muy buen momento para enviarte, termine mi matrimonio con una hermosa mujer que estaba realmente enamorada, de mi dinero claro… Ah… ¿La quieres?- me enseñó las llaves y solo entrecerré los ojos no muy seguro de su salud mental- puedes venir por ellas si lo deseas…- Volvió a lanzar las llaves al aire y di un paso tentado a tomarlas, su mirada era divertida, me llego la sola idea de que era un juguete a su servicio- …Ven por ellas.
-Imbesil –No estaba seguro si aquel insulto era para el o para mi mismo, por que realmente tuve que ser muy tonto para lanzarme contra el tratando de atrapar esas malditas llaves. Como resultado simplemente giro un poco su cuerpo haciéndome perder un poco el equilibrio, mi mochila calló al suelo… pero realmente poco importaba si es que no podía salir. Una ves mas me repuse y acerque estirando mi mano, Murai la cogió y me azotó contra una pared, mi espalda dolió un poco ante semejante golpe. De nuevo su sonrisa se hacia presente, esta ves demasiado cerca de mi, trate de alejarme pero sostenía fuertemente mis muñecas contra la pared, a cada lado de mi cabeza- Suéltame- gruñí entre dientes.
-No, pero… quizá lo piense si me dices tu nombre- acercó su cuerpo al mío y note levemente un aroma a licor dulce.
-Hiroto…- pareció satisfecho, miro mi cuello y suspiró, suavemente acerco su rostro allí y pasó rozando sus labios. Comencé a desesperarme, algo en el ambiente se volvía sofocante, trate inútilmente de retroceder pero allí estaba la pared. Forcejee al momento en que sentí su aliento contra mi mejilla, mis ojos toparon con los suyos, calmados. En mi lugar estaba nervioso, una vez mas intente empujarlo y solo recibí volver a golpear mi espalda contra la pared.
-Tranquilo… - miré perdido en su rostro, parecía tan tranquilo, tan concentrado que poco a poco mi respiración fue bajando de intensidad, beso mi mejilla suavemente y aparte un poco el rostro- …tranquilo, Hiroto… - volvió a besarme y esta ves en la comisura de mis labios, no sabia como reaccionar, claramente lo mas sensato sería con las fuerzas que tenia empujarlo y golpearlo hasta poder salir de ese lugar, llevarme el dinero y olvidarlo… pero, había algo intrigante, atrayente e incluso hipnotizante en toda su esencia. Su sonrisa volvió a aparecer y esta ves junto sus labios con los míos, se alejo un par de centímetros esperando mi reacción, pero esta fue nula, mis ojos seguían conectados con los suyos inútilmente queriendo encontrar la salida en ellos. Una ves mas sentí esa suave presión en mis labios, esta ves los atrapó y degusto, fue así repetidas veces en que se apartaba para volver a darme una saboreada del dulce relleno que contenía su boca, estaba tranquilo. Todo fue así hasta el momento en que adelante el rostro negándome a que se apartara, Murai sonrió divertido. Soltó una de mis muñecas y mi brazo callo a todo su largo al costado de mi cuerpo, la palma de su mano tomo mi mejilla acariciándola. Me perdí incontables segundos entre el brillo de sus ojos, precian traslucidos dejando ver una oscuridad abrumadora, era un misterio permitiendo ser explorado. Le permití explorar mi boca, e incluso me permití disfrutarlo. La situación se volvió otra completamente, ya no estaba ahí para hurtar, sin embargo estaba permitiendo que hurtaran mis suspiros.
-Mh… - Emití un sonido algo extraño cuando tomo mi cintura y se apego a mí completamente, ahora ya solo me aprisionaba en un medio abrazo, una de sus manos acariciaba mi mejilla y cuello, la otra se perdía en mi cintura y ocasionalmente dando una caricia a mi espalda. Por mi parte tenia ambos brazos apenas sostenidos de su cuello, quizá acaricie la parte superior de su pecho sin notarlo siquiera. Sentí sus manos calidas tanteando la piel bajo mi camiseta, suspire.
-Levanta los brazos – Susurro contra mis labios e hice caso, como un muñeco. Me quito la camiseta y se dedico a besar mi pecho y vientre, cada ves el aire se hacia mas denso para mi, mis ojos se entrecerraban por voluntad propia. Puse una mano entre su cabello, una ves mas aquel sonido escapo de mis labios y Murai se enderezó hasta encontrar mi mirada. El cabello lo tenia aun mas desordenado que antes, la camisa ahora resbalaba por uno de sus hombros- ven…- tomo mis manos y me guió, pronto ya estuve sentado en una inmensa y suave cama, parecía adicto tan solo fijándome en el sujeto frente a mi, que con cuidado se desabrochaba y quitaba la camisa… no había nada mas que el.
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Abrí los ojos, el rostro de Nao descansaba frente a mí, tenía su brazo pasado por mi pecho y una sonrisa infantil adornando su rostro. Sonreí tristemente admirando el cuadro que podría ser, que quizá en alguna otra vida podría ser real. Con el mayor cuidado que podía poner trate de deslizarme de la cama, en mi lugar puse una almohada a la que Naoyuki se aferró. Busque mi ropa por el suelo dando con ella rápidamente a los costados de la misma cama, mire a través de la ventana y note que ya era muy tarde, el cielo se mostraba con un manto oscuro que me comenzaba a preocupar. Toque mi pecho tratando de ordenar las ideas, forma de salir del edificio y entrar en el que yo vivía a estas horas sin ser violado en el intento. Mis dedos chocaron con un frió metal, lo tome entre mis dedos recordando que era una pequeña medalla de oro, en ella un escudo estaba grabado. Solo… no te la quites, quiero que sea importante para ti. Ahogue un suspiro, la voz de Nao aun seguía allí, mire la cama donde aun seguía abrazado a la almohada que simulaba mi cuerpo, me sonreí a mi mismo recordando que en oportunidades pensé que estaba ebrio pero… resulto que simplemente vivía drogado de su vida y efímera felicidad. Me había propuesto quedarme en medio de sus besos, y caricias, olvidar lo que estaba a mis espaldas y solo tomar su mano para seguir adelante… sonaba demasiado perfecto y dificultoso, por eso no podía aceptarlo, debía escapar de el inmediatamente. Ya vestido me permití admirarlo una ves mas, era una persona realmente hermosa, aun que en un principio fue exasperante, ¿Solo un par de horas y pensaba en el como el mas grande encuentro de mi vida? Gracioso, pero cierto.
-Adiós…- Junto a la cama deje una pequeña nota, le sonreí y tome la mochila dispuesto a marcharme, tome el pomo de la puerta y esta se abrió inmediatamente –Jamás la cerraste – volví a sonreír cada vez mas divertido con tu forma de actuar. El salir del departamento y bajar las escaleras lo hice cabizbajo, ¿Por qué no tomar el ascensor? Simplemente por que me daban terror el sentirme atrapado, llegue al primer piso y allí el recepcionista parecía discutir con algún conserje, pase frente a ellos –Buenas noches…- ninguno pareció prestarme atención, o eso fue lo que logre creer. La calle no perdía su movimiento, y al cabo de avanzar media cuadra ya auto alcanzó mi paso, por el rabillo del ojo lo vi, pero no pude anticipar el abrazo que me ahogo un segundo.
-Que demonios te pasó, ¿estas bien?… Hiroto… - Shou tomo mi rostro pero luego rápidamente opto por tomar mi brazo y empujarme al asiento trasero del auto, allí estaba Saga, su rostro preocupado me pedía una muda explicación. Cuando el vehiculo partió a una impresionante velocidad trague amargamente - ¿Y bien?
-Ten- Le entregue mi mochila a Saga, este trato de examinar mi rostro antes de abrirla y mirar por el espejo retrovisor a Shou.
-… solo me interesa saber que fue lo que te ocurrió…-Saga estiro su brazo tocando mi hombro- Nos preocupamos mucho notando que no volvías o te pronunciabas de alguna manera, hemos esperado fuera del edificio durante mas o menos una hora…
-No ocurrió nada grave, entre a la casa pero resulto que el estaba allí, debí esconderme y salir cuando finalmente se quedo dormido luego de beber - Mire mis pies y no quise decir mas. Cuando llegamos a destino Saga abrió la puerta.
-Ire con Tora, le entregare esto y avisare que todo esta bien – bajo del auto y luego asomo su cabeza – aun así quiero que conversemos luego Hiroto- con esas palabras se marcho, quizá en dirección a la habitación que Tora tenia a su disposición.
-Me alegro que nada malo te ocurriera – Shou paso por entre los asientos hasta llegar a ubicarse junto a mi, trato de sonreír- me preocupe mucho, yo… ¿Qué hubiera sido de mi sin la pequeña ardilla? – acaricio mi mejilla y me perdí en divagaciones, no se sentía igual… no era lo mismo.
-Shou… estoy bien- Susurre asintiendo a mis palabras, Shou acerco su rostro al mío besándome con cariño, casi devoción. Aparte el rostro asustado, una corriente eléctrica había atravesado por mi mente, parecía un fantasma atormentador.
-Lo siento… no quise asustarte- Volvió a acariciar mi mejilla pero mi decisión era bajar del auto, tome su mano y la quite lentamente, no quería herirlo.
-No, está bien, solo que… yo no quiero esto- me deslice por el asiento hasta salir del auto, corrí adentrándome en el edificio, con dificultad logre llegar a la habitación que había logrado apartar para mi en un sector sin peligro. Me lancé al colchón que allí había, quería cerrar los ojos y perderme en mi sueño.
[ X X X ]
-Deja de tonterías, no van a cargar una bomba- Tora tenia el seño fruncido mirando desafiante a Saga, el cual no se doblegaba por nada. No hice más que sonreír divertido.
-Pero son tus encargos turbios y de dudosa procedencia, ¿Qué estaré cargando en medio de la calle?- Shou, a mi lado, rodó los ojos ya aburrido, paso un brazo por sobre mis hombros para darse algún apoyo.
-No será ningún cadáver idiota, si fuera así no te enviaría a ti. Te aprecio demasiado como para entrometerte – Silencio total, el rostro de Saga tomo un sonrojo apenas perceptible que nos hizo reír a Shou y a mi.
-ah… Bi… ¡Bien!- Saga dio la espalda a Tora - ¿me acompañarán si o no? – Se dirigió a nosotros con algo de nerviosismo en la voz, rápidamente Shou palmeo mi hombro haciéndome reaccionar y avanzar delante de Saga saliendo de la habitación.
-¿No crees que fue demasiado obvio?- Shou aun reía.
-No lo molestes, sabes que últimamente se irrita fácilmente con el tema de ‘Tora y todo lo que hay a su alrededor’- Sonreí sin poder evitarlo. Tora había pedido a Saga ir por un paquete al centro de la ciudad, este inexperto en mandatos que no fueran investigación desde un punto seguro se negó en primera instancia. Ofrecimos acompañarle a donde fuera, y allí estábamos ahora, a un par de pasos de Saga que con un gesto avergonzado cargaba una caja entre sus manos. Sin notar el camino que tomaba a causa de la risa choque accidentalmente con un hombre- Lo lamento…
-No te preocupes – Una de sus manos tomo la mía disimuladamente, sonrió despreocupado y analizando a quienes me acompañaban en breves segundos. Pronto su rostro alcanzó mi oído susurrando tiernamente –Se supone... que yo debía ser quien robara a esas personas que creen dominar el mundo, pero nunca nadie menciono que existiera alguien, una sola persona, capas de robar mis pensamientos, en un solo momento hurtar mis sentimientos – Se alejo un poco de mi, soltando mi mano y en ese lugar dejando un papel doblado, mire mi mano y luego la sonrisa de Nao que se alejaba y perdía entre la multitud. Note que ninguno de los dos chicos que me acompañaban se dio cuenta siquiera de que Naoyuki Murai paso por allí, me sentí nervioso abriendo el papel, en el una dirección y hora me invitaban a volver a verlo.